Es importante establecer que el paciente geriátrico tiene deficiencias constitucionales y funcionales que lo hacen diferente al resto de la población, por lo general, son portadores de enfermedades crónicas, tales como padecimientos metabólicos (diabetes mellitus), cardíacos (trastornos del ritmo, hipertensión, etcétera), respiratorios (enfermedades obstructivas y restrictivas), isquemia cerebral, etcétera.
Se acepta, en general, como normal que una persona sufra un deterioro en sus capacidades orgánicas de alrededor de 5-10% por cada década de vida después de los 30 años, lo que significa que un paciente arriba de 70 años tiene un deterioro de aproximadamente 40% en sus funciones orgánicas y en sus características anatómicas.